WINSTON COE, EL ARQUERO MANCO

Parece un chiste el título de la nota, pero es una realidad. Winston Coe fue el arquero del equipo Barracas Athletic Club, durante la disputa de algunos partidos a lo largo de 1906. En concreto, actuó de arquero durante 3 encuentros y la noticia en sí no debería tener mayor transcendencia, salvo por la circunstancia de que Winston Coe era manco del brazo izquierdo. Pero, vamos a centrar el asunto. 

En la localidad de Lanús, allá por el año 1901, se crea un club de fútbol al que se le denomina Barracas Athletic Club y formado casi en exclusividad por jugadores británicos. Vestía con camiseta a rayas verticales rojas y negras y pantalones y medias negras. Su existencia fue efímera, pues el club desapareció a lo largo de 1907, aún así, logró disputar durante 5 temporadas la máxima categoría futbolística que existía en Argentina en aquella época del amateurismo. Winston jugaba en la demarcación de lateral derecho, era de origen irlandés y, como buen británico, tenía pasión por este deporte, pese a su discapacidad. 

El arquero titular del Barracas Athletic era un tal José Buruca Laforia, quien abandonó la disciplina del club al ser fichado por el mejor equipo que existía en esa época, que no era otro que el Alumni Athletic Club (10 campeonatos de liga y 2 subcampeonatos en 14 años de existencia), surgido de las aulas del Buenos Aires English High School (colegio bilingüe argentino) y fundado por el escocés Alexander Watson Hutton, considerado el padre del fútbol en Argentina.

El caso es que el Barracas Athletic se quedó sin arquero de la noche a la mañana y no tuvieron tiempo de buscar, contratar o fichar a uno que supliera a Buruca, por lo que decidieron tirar con lo que había en la casa en aquellos momentos. Tras probar con alguno de los jugadores de campo, resultó que el que mejor atajaba era Winston Coe, pese a su falta de brazo y, con un imprevisto atrevimiento, se decidió que el arquero para el siguiente partido frente a Estudiantes de Buenos Aires, fuera Winston. Dicho y hecho, debutó como arquero en la cancha de Estudiantes un 12 de agosto de 1906, con un resultado de 2-1 a favor de los locales. Pese a la derrota y según dijo el diario La Prensa, el jugador más destacado de Barracas Athletic fue Winston Coe.

No fue solo ese el único partido que disputo Coe como arquero, jugo otros 2 más con un resultado negativo para los intereses de su club. El siguiente encuentro, el segundo, fue el 26 de agosto frente a Reformer Athletic Club, de la localidad de Campana en la provincia de Buenos Aires y el resultado fue escandaloso, Barracas Athletic perdió por un contundente 11-0. El tercer partido fue contra Alumni (eso dicen distintas crónicas, aunque me atrevo a dudarlo y aportando mi granito de arena creo que debió ser contra San Isidro, pero vamos a dejarlo así) y también perdieron por goleada. A raíz de esos resultados y pese a que todas las crónicas periodísticas de aquél entonces confirman las excelentes actuaciones del llamadoportero manco, lo cierto es que, Winston Coe,no volvió a atajar más y retornó a su posición inicial de defensa derecho.

Una historia que nos enseña que Winston era una persona amante de la práctica del fútbol por encima de cualquier circunstancia y de cualquier hándicap y que su amor por el este deporte superaba cualquier escollo que se le pudiera presentar, aunque fuera físico.

ALBERTO VEGUE

WINSTON COE, EL ARQUERO MANCO

DENIS LAW. EL TERCER ELEMENTO DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD

Hace escasos días, en concreto el 17 de enero de este año, en su Aberdeen natal, fallecía a los 84 años uno de los mejores futbolistas que ha dado el  Reino Unido. Se trata del escocés Denis Law, apodado «El Rey» y que hizo prácticamente toda su carrera en el fútbol inglés (salvo un año en el fútbol italiano), más concretamente en el Manchester United, donde fue una de las máximas figuras que han pasado por el club y donde su imborrable recuerdo todavía perdura en el interior del viejo Old Trafford.

Law jugaba de delantero. Era un delantero rápido, con buen dribbling, un magnífico control de juego y, por encima de todo, un extraordinario goleador. Marcó a lo largo de su carrera en el fútbol profesional un total de 312 goles como jugador de club y 30 en sus participaciones con la selección escocesa, con la que llegó a ser internacional en 55 ocasiones.

Debutó en el fútbol profesional en el Huddersfield Town, que entonces militaba en la 2ª división inglesa, y allí estuvo un periodo de 3 temporadas, desde 1956 hasta 1960. Sus buenas campañas hicieron que el Manchester City apostara por él y lo reincorporara a sus filas en marzo de 1960 y durante toda la temporada 1960/1961. A finales de esta última etapa, el club italiano Torino FC decide su fichaje, donde lamentablemente no llegó a triunfar. Las características tan acentuadas del «catenaccio» italiano no eran las más apropiadas para el desarrollo del juego de un innato goleador como era Law, por lo que a final de esa campaña decidió cambiar de equipo. Su nuevo destino fue el Manchester United, club en el que alcanzó la gloria, y donde estuvo durante 11 temporadas, desde 1962 hasta el final de la 1973. Finalmente, su último club fue, nuevamente, el Manchester City en la 1973/1974, retirándose del fútbol activo al final del campeonato de liga.

1965: Denis Law of Manchester United in action during the League Division One match against Fulham at Craven Cottage in London. \ Mandatory Credit: Allsport UK /Allsport

Sin lugar a dudas, el Manchester United fue el equipo de su vida. Sus mayores logros futbolísticos los consiguió en los Red Devils, durante las once campañas en las que militó en sus filas. En ellas, consiguió ganar 2 Campeonatos de Liga (1964/1965 y 1966/1967), 1 FA Cup (1962/1963), 2 Community Shield (1965 y 1967), 1 Copa de Europa (1967/1968), 1 Balón de Oro (1964) y fue el máximo goleador de la Copa de Europa en 1969. Un curriculum muy difícil de igualar. 

Es, asimismo, parte integrante y de número del Salón de la Fama del Fútbol escocés (creado en 1988).

Formó parte, junto con Bobby Charlton y George Best, de la legendaria delantera del United conocida en el fútbol inglés como la «Holy Trinity» (La Santísima Trinidad). Una delantera inolvidable compuesta por 3 balones de oro y a los que aún se les glorifica, por medio de una estatua, en los exteriores del estadio Old Trafford.

Vamos a finalizar con una triste anécdota que le ocurrió al bueno de Denis. El destino quiso que el último partido de su carrera fuera un enfrentamiento entre los dos equipos de Manchester, el United (el equipo de su vida) y el City. Estamos hablando de un 27 de abril de 1974 y, en esos momentos, Denis Law jugaba su última temporada y lo hacía en el City. En el minuto 75 del encuentro, en un avance del conjunto cítizen, un pase al centro del área del United es rematado por Law a la red, logrando así la victoria del City ante su rival de ciudad y, para su pesar, mandando al United a la 2ª división. Para más escarnio, el gol lo hizo de taco.

Ese partido, ese gol y esas consecuencias fueron las últimas acciones de Denis Law en el fútbol activo. Colgó las botas.

No quiero despedirme sin recordar la sobresaliente delantera que tiene, en estos momentos, el Manchester United en el cielo.

ALBERTO VEGUE

DENIS LAW. EL TERCER ELEMENTO DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD

PONTEVEDRA CLUB DE FÚTBOL

Hay equipos de fútbol modestos que, en un determinado momento de su existencia y durante un periodo de tiempo más o menos breve, alcanzaron unas cotas de «éxito» que eran difíciles de imaginar. Algunos, la verdad es que muy pocos, se mantienen de una manera prolongada en la élite, pero la gran mayoría, después de un breve lapso de tiempo, no pueden mantener esa línea y poco a poco, pero de una manera paulatina, van abandonando esos puestos de privilegio y retornan a las categorías desde las que empezaron a destacar. Y ese es el caso del equipo del que vamos a hablar hoy. Un equipo, por demás, que cae simpático a una pluralidad importante de personas, sin que tengan una vinculación afectiva muy directa con el club.

En este caso concreto, nos estamos refiriendo al Pontevedra CF. Equipo de una capital de provincia del oeste de España, de poco más de 82.000 habitantes, en la Comunidad de Galicia y que disputa, actualmente, el campeonato de Segunda Federación, grupo I, correspondiente al cuarto nivel dentro de la pirámide futbolística española, ocupando en el momento de escribir esta nota el liderato de su grupo. Además de ser el tercer equipo de fútbol gallego en importancia, después del Celta de Vigo y del Deportivo de La Coruña.

El Pontevedra CF fue fundado el 16 de octubre de 1941, tras la fusión de los clubes Eriña CF y Alfonso XIII CF, ambos de la ciudad. Juega en el estadio de Pasarón (hace algunos años uno de los estadios con aspecto más inglés que existían en España) y con una capacidad para 10.500 espectadores. Viste camiseta granate, pantalón azul muy oscuro y medias granates. Ocupa, en estos momentos, el puesto número 46 dentro de la clasificación histórica de la primera división de la liga española desde sus inicios.

Su mejor época fueron los últimos años de la década del 50 del siglo pasado y, sobre todo, ladécada de los años 60 en que logró una gran notoriedad, cuando alcanzó el campeonato de liga de primera división. Debutó en 2ª división en la temporada 1960/1961 y tres años después, en la 1963/1964, asciende a la máxima categoría, ante su eterno rival provincial el Real Club Celta de Vigo. El ascenso se consiguió gracias a un gol de su delantero Rafael Ceresuel, en el llamado «gol del ajo». Según cuentan la historia, este emblemático jugador del Pontevedra, se salió del campo en el partido ante el Celta para atarse una bota y se sentó encima de una cabeza de ajos (según la superstición española los ajos dan buena suerte) y justo al volver a entrar al terreno de juego, pide el balón, se lo pasan, y engancha un tremendo chut desde fuera del área, que se cuela por toda la escuadra de la portería céltica, consiguiendo a la postre la victoria en el partido y el ansiado ascenso a la máxima división a falta de una jornada para el final del campeonato.

Lamentablemente, esta primera incursión en la 1ª división fue efímera, pues al término de la temporada descendió de categoría, no volviendo a la misma hasta el campeonato de 1965/1966, manteniéndose un lustro en esta categoría y logrando un más que merecido 7º puesto como mejor clasificación durante su periplo en este máximo nivel (todavía se acuerdan en la ciudad del 3-0 que le endosó a todo un Real Madrid plagado de figuras un 17 de diciembre de 1967). Finalmente, concluye su periplo en la flor y nata del fútbol español en la temporada 1969/1970 y desde ese entonces no ha vuelto a retornar a la élite del fútbol en España.

Como en el fútbol las supersticiones están a la orden del día, a raíz del gol de Rafael Ceresuela y con el que se consiguió el ansiado ascenso, siempre hay unas cabezas de ajo plantadas en la portería donde se consiguió ese gol. Igualmente una ristra de ajos da la bienvenida al equipo en el vestuario local de Pasarón.

De la modestia del conjunto y de sus jugadores da fe el ejemplo de su jugador Cholo, capitán de la escuadra, quien acudía a los entrenamientos del equipo con el uniforme de su trabajo habitual (era conductor de trolebús), ya que, en aquellos tiempos y en equipos tan modestos, su salario como jugador no le permitía grandes derroches. 

El equipo de aquellos años se convirtió en un conjunto muy correoso y difícil de batir, por eso se decía que el Pontevedra CF era un conjunto «duro de roer», había que pelear mucho para conseguir ganarle, por lo que la afición cantaba a los jugadores contrarios «hai que roelo» (en gallego) quedando esta frase como blasón del club pontevedrés, aún en el día de hoy.

Dentro de las características tan peculiares del club hay que destacar que una parte de la letra de su Himno Irmandiño, con un poco de adaptación, la tomó de una canción que hicieron al equipo argentino Quilmes AC (decano del fútbol ese país), con motivo de la Copa Mundial de Fútbol del año 2002 y que textualmente dice «Eran otros tiempos, era otra historia, no había medallas, solo hambre de gloria y solo se jugaba por la camiseta………».

En estos días, el Pontevedra FC se encuentra escribiendo otra hazaña futbolística disputando los octavos de final de la Copa del Rey de España. En todas las ediciones de Copa, siempre suele haber un equipo sorpresa y en esta edición de 2024/2025 le ha tocado en suerte al Pontevedra, quien se ha plantado en estas eliminatorias después de superar a conjuntos que disputan categorías muy superiores a la suya. Ha eliminado a un 2ª división (UD Levante) y a dos conjuntos de la 1ª división (Villarreal FC y Real Mallorca). No sabemos donde llegará en estas eliminatorias, ojalá sea muy lejos, pero lo conseguido es todo un triunfo.

No me puedo despedir sin desearle el mayor de los éxitos a este modesto equipo que, además, exhibe una de las indumentarias más bonitas del fútbol español.

ALBERTO VEGUE

PONTEVEDRA CLUB DE FÚTBOL

Un muro, un partido para la historia

Muchas veces el fútbol toma caminos muy diferentes de la vida social y política. Si, además, es un partido de Copa del Mundo, la resonancia que adquiere es inconmensurable. El partido entre las 2 Alemania 🇩🇪 jugado en Hamburgo ya es leyenda de la historia de los Mundiales.

Un partido que tuvo todos los condimentos para el morbo. El Muro de Berlín que separaba a ambos países ya llevaba 13 años partiendo la vida entre hermanos compatriotas. 2 visiones políticas, sociales, humanas completamente diferentes. Una mirada más occidental de parte de la Alemania Federal, otra ideología política, social en Alemania Democrática. Cercana a la Unión Soviética.

El destino, muchas veces caprichoso, quiso que Alemania Democrática se haya clasificado por única vez en la historia en el mundial que organizó Alemania Federal en 1974 y además, compartieron grupo. Todo servido para la tensión social.

Sesenta mil personas en el estadio de Hamburgo, fueron testigos del partido. Mucho nervio en el ambiente. Sonó el himno Auferstauden Aus Ruinen (Resucitados de las ruinas) de la Alemania Democrática. Varios helicópteros sobrevolaban el estadio, muchos policías custodiando que nada salga de su cauce. Un partido definitorio de grupo de Copa del Mundo. Ni más, ni menos.

El partido se jugó con tensión y pierna fuerte pero disputado lealmente. La RFA, a la postre el campeón del torneo, era el favorito por su plantilla plagada de figuras, Franz Beckenbauer, Sepp Maier, Berti Vogts, Torpedo Muller, entre otros. La RDA, sin tanto nombre pero con el historial de su lado al obtener una medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Múnich 72.

Finalmente el duelo se lo quedó la Alemania Democrática con gol de Jürgen Sparwaser en el minuto 77. Años más tarde el goleador declaró: “Era golpear al enemigo. Golpear al enemigo donde más le duele. Mucha gente entonces lo veía así. Si en mi lápida pusieran ‘Hamburgo, 1974′,todos sabrían quién yace debajo”

Luego de ese partido, RFA se recuperó y acabó venciendo a la Holanda de Johan Cruyff 2-1 en la final. 15 años después, cayó finalmente el Muro de Berlín y la unificación se convirtió en realidad. 22 de junio de 1974, una fecha que quedará grabada a fuego en los libros de la Copa del Mundo. Dos países, Dos hermanos, un muro y un partido de fútbol.

GUSTAVO SÁNCHEZ

Un muro, un partido para la historia