
Muchas veces el fútbol toma caminos muy diferentes de la vida social y política. Si, además, es un partido de Copa del Mundo, la resonancia que adquiere es inconmensurable. El partido entre las 2 Alemania 🇩🇪 jugado en Hamburgo ya es leyenda de la historia de los Mundiales.
Un partido que tuvo todos los condimentos para el morbo. El Muro de Berlín que separaba a ambos países ya llevaba 13 años partiendo la vida entre hermanos compatriotas. 2 visiones políticas, sociales, humanas completamente diferentes. Una mirada más occidental de parte de la Alemania Federal, otra ideología política, social en Alemania Democrática. Cercana a la Unión Soviética.
El destino, muchas veces caprichoso, quiso que Alemania Democrática se haya clasificado por única vez en la historia en el mundial que organizó Alemania Federal en 1974 y además, compartieron grupo. Todo servido para la tensión social.
Sesenta mil personas en el estadio de Hamburgo, fueron testigos del partido. Mucho nervio en el ambiente. Sonó el himno Auferstauden Aus Ruinen (Resucitados de las ruinas) de la Alemania Democrática. Varios helicópteros sobrevolaban el estadio, muchos policías custodiando que nada salga de su cauce. Un partido definitorio de grupo de Copa del Mundo. Ni más, ni menos.
El partido se jugó con tensión y pierna fuerte pero disputado lealmente. La RFA, a la postre el campeón del torneo, era el favorito por su plantilla plagada de figuras, Franz Beckenbauer, Sepp Maier, Berti Vogts, Torpedo Muller, entre otros. La RDA, sin tanto nombre pero con el historial de su lado al obtener una medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Múnich 72.
Finalmente el duelo se lo quedó la Alemania Democrática con gol de Jürgen Sparwaser en el minuto 77. Años más tarde el goleador declaró: “Era golpear al enemigo. Golpear al enemigo donde más le duele. Mucha gente entonces lo veía así. Si en mi lápida pusieran ‘Hamburgo, 1974′,todos sabrían quién yace debajo”
Luego de ese partido, RFA se recuperó y acabó venciendo a la Holanda de Johan Cruyff 2-1 en la final. 15 años después, cayó finalmente el Muro de Berlín y la unificación se convirtió en realidad. 22 de junio de 1974, una fecha que quedará grabada a fuego en los libros de la Copa del Mundo. Dos países, Dos hermanos, un muro y un partido de fútbol.
GUSTAVO SÁNCHEZ
