
Avellino es una ciudad de la región de Campania, en el sur de Italia, y que cuenta con una población de 54.000 habitantes. La ciudad es representada a nivel futbolístico por la Unione Sportiva Avellino, club que fue fundado en el año 1912 y que disputará la próxima temporada 2025/2026, la Serie B del fútbol italiano, lo que se corresponde con la 2ª categoría o categoría de plata.
Disputa sus encuentros en el estadio Partenio-Adriano Lombardi que cuenta con un aforo para 26.000 espectadores. Su estadio es conocido popularmente como «La Tana del Lupo» (La guarida del lobo), que hace referencia a la palabra con la que el equipo es apodado en toda Italia, «Lupi» (Lobos). Como ya hemos comentado su fundación data de 1912, concretamente un 12 de diciembre (12/12/12), aunque, a lo largo de su historia, ha debido ser refundado en varias ocasiones debido a problemas financieros. Sus colores son el verde y el blanco, ya que viste con camiseta verde con vivos blancos, pantalón blanco y medias verdes. Estos colores los vistió por primera vez en el año 1947 y su elección no deja de ser muy curiosa. Resulta que en la Campania (la región donde se ubica Avellino) se hacen 2 tipos de licores. Por un lado, uno llamado Strega de color amarillo y de origen en Benevento (ciudad de la Campania) y el otro, de color verde, fabricado en Avellino y llamado Anthemis. Dentro de la discusión sobre cuál de esos licores era el mejor, se llegó a tal desvarío que ambos equipos, el Benevento Calcio y la US Avellino, disputaron un partido de máxima rivalidad, saliendo al campo vistiendo los colores de los correspondientes néctares de sus ciudades. Y, desde entonces, ambos, continuaron con esos colores para sus respectivos equipos.

Mantiene una importante rivalidad con equipos de su misma región, tales como la Unione Sportiva Salernitana y el ya citado Benevento Calcio.
Es el prototipo de equipo ascensor ya que, aunque ha jugado en la máxima categoría, su deambular se ha desarrollado, principalmente, por la Serie C y la Serie D (3º y 4º nivel). Empieza a adquirir importancia en la temporada 1973/1974 en la que debuta en la Serie B, correspondiente a la 2ª división italiana. Allí se mantiene hasta el final de la 1977/1978, en la que consigue un ansiado 3º puesto y es automáticamente ascendido a la Serie A y, por primera vez en su historia, inicia una andadura de algunos años por la 1ª división. Esta etapa en la máxima división dura hasta el término de la 1987/1988, cuando al final de la misma regresa a la Serie B. Su periplo por la Serie A transcurrió sin pena ni gloria, obteniendo como mejor clasificación un 8º lugar en dos ocasiones y quedando siempre muy alejado de los puestos que daban derecho a jugar en competiciones europeas. A finales de la 1991/1992, queda en último lugar de la competición y vuelve a descender, en este caso, a la serie C. Y, con un continuo baile entre las categorías B, C y D, llegamos a esta última temporada finiquitada en la que logra un nuevo ascenso, por lo que en 2025/2026 disputará la categoría de plata del fútbol italiano.
En otro orden de cosas, llama la atención la estrecha relación, muy de «casualidad», entre los decesos de los distintos Papas y los ascensos de categoría de la US Avellino. No es broma, quizás la fatalidad o, más bien, la casualidad ha hecho que los distintos ascensos de categoría que ha logrado la escuadra avellinesi, haya coincidido con el fallecimiento del inquilino del Palacio Apostólico.
La primera de estas casualidades o circunstancias se produjo en el año 1958, cuando la US Avellino asciende por primera vez en su historia a la Serie C, 3ª categoría del fútbol italiano. Ese año se produjo la muerte del Papa Pio XII.
La segunda coincide con otro ascenso a la Serie C (ya que en años anteriores había descendido a la Serie D), pero esta vez nos situamos en el año 1963. En esta ocasión fue el Papa Juan XXIII, sucesor de Pio XII, quien falleció.
Afortunadamente, en el ascenso del equipo a la Serie B (2ª división) de la temporada 1973/1974, no se produjo óbito alguno.
Pero en el siguiente ascenso de categoría, esta vez de la Serie B a la Serie A (1ª división) de la temporada 1977/1978, se vuelve a las andadas, sufriendo esta fatalidad el Vicario de Cristo de aquellos momentos, nos estamos refiriendo al Papa Pablo VI. Le sucedió el denominado Juan Pablo I, bicentésimo sexagésimo tercer Papa, quien a los 33 días de su pontificado pereció, parece ser que de un infarto.

En el año 2005, se produce un nuevo progreso de categoría, esta vez desde la Serie C, en la que militaba en esos momentos, a la Serie B. El Pontífice que ocupaba el Trono de San Pedro en esa ocasión, sufre las consecuencias de ese, llamémosle anatema, y muere. En esta ocasión, el Papa correspondiente es Juan Pablo II.
Un nuevo ascenso tiene lugar en 2013, también en esta ocasión de la Serie C a la Serie B y, felizmente en esta ocasión, el Papa no fenece, pero sí renuncia a su legado. Todos recordamos al Papa Benedicto XVI y su célebre renuncia a continuar siendo el Obispo de Roma. Según fuentes oficiales del Vaticano, su renuncia se debió a su «elevada edad» (contaba 85 años). Le sucedió el Papa Francisco.
Llegamos al año 2025 y a la US Avellino le da por ascender nuevamente a la Serie B. Y ¿qué sucede? Pues sí, el Pontífice Francisco, después de bastantes días de delicada salud fallece de un ictus cerebral.
Como no soy supersticioso ni creo en las sincronicidades, me imagino que estos hechos serán casuales o coincidentes, pero si la US Avellino asciende de categoría en el futuro, me imagino que el Papa León XIV se removerá inquieto en el Trono de San Pedro, porque ya sabes aquello de «cuando las barbas de tu vecino veas pelar……..»
ALBERTO VEGUE
