EL TERROR DE LAS ESPINILLAS


Seguramente, si yo menciono los nombres de Ramón Alberto Aguirre y Pedro Fernández Cantero, a la gran mayoría de las personas no les dirá nada o no les sonará de nada, salvo que seas aficionado al fútbol y de cierta edad, o que seas argentino o paraguayo, o que seas devoto seguidor del Valencia CF o del Real Madrid y, sobre todo, los conocerás si eres hincha del Granada CF. 

Ambos defendieron, como ya hemos comentado, la elástica del Granada CF, a principios y mediados de la década de los años 70 del siglo XX (Fernández lo hizo hasta el año 1978). Jugaban de defensas, vivieron en primera fila el cambio de diseño de la camiseta del equipo (las clásicas rayas verticales rojiblancas las cambiaron por rayas horizontales) y eran unos tipos extremadamente duros, rozando la violencia en multitud de ocasiones. Como dijo un periodista de la época, eran defensas de testamento y extremaunción. Pero vamos por partes.

Ramón Alberto Aguirre Suárez nació en Argentina. Fichó por el Granada CF en el año 1971 y estuvo durante 3 temporadas defendiendo la camiseta rojiblanca, desde la temporada 1971/1972 hasta la 1973/1974, ambas inclusive. Provenía del equipo argentino de Estudiantes de la Plata. Este equipo argentino era entrenado por Osvaldo Zubeldía, un entrenador que creó escuela y que hizo campeón al equipo «Pincharratas», así se le apoda a Estudiantes de la Plata, a base de buenos jugadores, sistemas muy bien definidos y equipos muy aguerridos, cuando no combativos, cuando no belicosos (por ser amables en los términos lingüísticos). Allá donde jugaba Estudiantes LP, era fácil hacer una reseña de sucesos. Aguirre Suárez era un buen defensor y consiguió algunos títulos con Estudiantes. Por ejemplo, fue campeón del Torneo Metropolitano de 1967 (campeonato de liga), ganó 3 Copas Libertadores (1968, 1969 y 1970), 1 Copa Intercontinental (1968) y 1 Copa Interamericana (1969). Pero sí, como ya hemos indicado, su juego fue violento en España, y no digamos en su Argentina natal. Solo daremos un dato: la llamada «masacre de la Bombonera». Fue en el partido de vuelta de la final de la Copa Intercontinental del año 1969, disputado en el estadio de La Bombonera de la ciudad de Buenos Aires. Se enfrentaron el susodicho Estudiantes de la Plata contra el Milan AC italiano, que había ganado en el partido de ida. Se organizó tal trifulca por parte de algunos jugadores de Estudiantes (entre ellos, el bueno de Aguirre Suárez) contra los jugadores italianos, que 3 jugadores de Estudiantes LP terminaron en prisión durante un periodo de 30 días. Fue un lance vergonzoso y bochornoso, un lamentable espectáculo de un equipo de fútbol, tal y como lo calificó el diario Clarín y la revista El Gráfico. Esta y otras acciones similares en distintos encuentros, retrataron a Estudiantes LP como el equipo violento que era en aquellos tiempos. Se decía, jocosamente, por supuesto, que los periodistas acudían a las entrevistas con Aguirre Suárez con espinilleras, porque repartía a todo lo que se movía.

Pedro Fernández Cantero es de Paraguay. Jugó de defensa en el Club Cerro Porteño de la capital paraguaya, con el que fue campeón de liga en 1968. Militó en el FC Barcelona en las temporadas 1967/1968 y 1968/1969, pero no llegó a cuajar, siendo traspasado al Granada CF en la 1969/1970, manteniéndose hasta la 1977/1978, temporada en la que colgó definitivamente las botas. Es el jugador que más veces ha vestido la remera del equipo nazarí y fue toda una institución, tanto en el equipo como en la ciudad. Un jugador tan venerado en la ciudad granadina como odiado fuera de ella.

Ambos vivieron y fueron artífices importantes de la mejor época futbolística del Granada CF en su etapa en la máxima división del fútbol español, donde consiguieron colocar al equipo al final de dos campeonatos de liga en el sexto puesto, la mejor clasificación conseguida hasta la fecha.

Pero no todo fueron parabienes, también tiene su historia negra. En un partido de vuelta de la entonces llamada Copa del Generalísimo de la temporada 1973/1974, Pedro Fernández realizó al jugador del Real Madrid, Amancio Amaro, una espeluznante entrada en la que le partió el cuádriceps y necesitó 150 puntos de sutura y bastantes meses de recuperación. Esta entrada, a todas luces desproporcionada y vete tú a saber con qué intención, significó, a la postre, la retirada del jugador madridista algunas temporadas más tarde, ya que nunca volvió a ser el mismo. Parece ser que fue un acto de venganza, puesto que un par de años antes, en el estadio Bernabéu, en otro Real Madrid-Granada, el delantero madridista le hizo un planchazo, lesionando al jugador paraguayo que tuvo que ser retirado en camilla. 

Independientemente de esta circunstancia tan particular, esta dupla defensiva ha dejado su impronta en varios campos y jugadores, ganándose una merecida fama de jugadores violentos y pendencieros. El jugador del Barcelona y de la selección española Asensi llegó a decir que «ir a jugar contra el Granada de estos dos era como ir a la guerra». Alfredo Di Stéfano, cuando era entrenador del Valencia CF, también se quejó amargamente de la violencia de estos defensores cuando se medían con su equipo. Carlos Rexach, jugador del FC Barcelona, dijo camino de Los Cármenes (estadio del Granada CF) «qué suerte tienen los toreros», en alusión a que estos se debían enfrentar a un toro y no a la pareja de centrales del Granada. Un último apunte para terminar con toda esta sinfonía de lamentos: se cuenta que algunos jugadores fingían enfermedad para no enfrentarse con Aguirre y con Fernández. ¡Qué tiempos aquellos!

En la defensa de estos jugadores, cabe destacar que defensores de este tipo había en todos los equipos españoles. También en los llamados equipos importantes del campeonato. Pero claro, de estos no se hablaba, aunque nosotros otro día hablaremos de ellos.

ALBERTO VEGUE

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