
Hemos hablado a lo largo de las distintas publicaciones sobre algunos clubes de fútbol, sobre algún tipo concreto de jugador, de los diferentes estadios que existen, de los diferentes sistemas de ascenso y descenso de categoría en algún campeonato de liga, etc., pero de lo que no hemos hablado nunca ha sido de los árbitros. Pues hoy toca.
La Real Academia Española de la Lengua dice que el árbitro, en general, es aquella persona que puede decidir o hacer algo con independencia de otra. Eso dice la teoría, luego viene la práctica y el día a día que, en la gran mayoría de los casos, funciona como se establece en la teoría, pero que, pocas veces, parece, o más bien subjetivamente nos parece, que no.
Salvando las distancias y las experiencias de cada uno, hoy quiero hablar de dos arbitrajes extremadamente polémicos que se dieron en un Campeonato del Mundo (en el mismo) y que beneficiaron al equipo anfitrión. ¿Casualidad? ¿Azar? Puede ser, aunque me inclino a que no.
Me refiero a dos controvertidos arbitrajes que se produjeron durante el Mundial de Corea del Sur y Japón en el año 2002 y que tuvo como beneficiario al conjunto coreano, en ambos casos.
El primer caso ocurrió durante la disputa del partido de octavos de final entre las selecciones de Corea del Sur e Italia, el 18 de junio de 2002. El árbitro en cuestión, un tal Byron Moreno, de nacionalidad ecuatoriana, perjudicó ostensiblemente y en varias ocasiones a lo largo de todo el encuentro al equipo transalpino y que, a la postre, concluyeron con la eliminación de la escuadra italiana, debido a esos errores. Por hacerla corta, el Sr. Moreno, en el partido en cuestión, pitó un penalti en contra de los italianos que atajó el guardameta Buffon. En otra, anuló un gol legal a Italia y expulsó a uno de sus mejores jugadores, Francesco Totti, por, según el árbitro, fingir un penalti, y que, por cierto, fue un penalti clamoroso. Y, además, obvió un sinfín de entradas coreanas, totalmente fuera de lugar y merecedoras de amonestación. Finalmente, en el minuto 118 y después de estar jugando bastantes minutos del alargue con un jugador menos, Corea del Sur, a través de su jugador Ahn Jung-hwan, consiguió el llamado gol de oro, clasificando a Corea hacia los cuartos de final.

Este «árbitro» ecuatoriano, además de sus desastrosas decisiones en el citado mundial, tuvo en su país otros controvertidos arbitrajes que llevaron a las autoridades del fútbol ecuatoriano a la suspensión de sus actuaciones en un par de ocasiones. Después de la última de sus suspensiones (año 2003), decidió, para tranquilidad de muchos, abandonar el arbitraje. La última fechoría que se le conoce (y no tiene nada que ver con el fútbol) fue su arresto en el aeropuerto John F. Kennedy por tráfico de estupefacientes, por lo que fue arrestado y posteriormente encarcelado. Vaya «pieza» que le tocó en suerte a Italia en ese mundial.
Un último apunte adicional sobre este asunto. El delantero norcoreano cuyo gol apeó a Italia de este mundial, el nombrado Ahn Jung-hwan, en ese momento jugaba en el Perugia Calcio italiano. El propietario del Perugia, un tal Luciano Gaucci, lo despidió del club, ante el cabreo monumental por la eliminación de Italia. Vaya otra «pieza».
El segundo caso polémico tuvo lugar en la fase de cuartos de final, en concreto el 22 de junio.España se enfrentaba a Corea para el pase a las semifinales del mundial. El partido y su correspondiente prórroga terminaron con un empate a cero goles, por lo que hubo que recurrir a la tanda de penaltis. La selección de Corea del Sur se impuso en la misma (5-3) y pasó a las semifinales de la competición, pero resultó ser otro arbitraje muy polémico y que levantó algo más que sospechas sobre la actitud e imparcialidad del árbitro de este encuentro. Obviando que la selección española hizo un partido de pena y en muchas fases del encuentro fue superada por Corea, el árbitro del mismo, el egipcio Gamal Al-Ghandour, anuló dos goles al equipo español, uno de ellos totalmente injusto; señaló varios fueras de juego que no existieron; cortó algún que otro avance español en situaciones ventajosas; etc. De ello, se hizo eco toda la prensa internacional. Aun así, el egipcio, en declaraciones posteriores, declaró que había sido uno de los mejores arbitrajes de su carrera deportiva. Ya lo avisaron unos días antes del encuentro, los futbolistas italianos Totti y Buffon: España debe tener más cuidado con el árbitro que con Corea. En definitiva, Corea del Sur venció en los penaltis y pasó a semifinales. Posteriores análisis e investigaciones sobre el arbitraje determinaron que el arbitraje del egipcio y de sus ayudantes (de Uganda y Trinidad y Tobago) no había sido para nada correcto. A raíz de estos acontecimientos, se suscitó la polémica sobre si determinados árbitros y jueces de línea de países con poca experiencia en partidos importantes debían dirigir este tipo de encuentros. También hay que ser conscientes de que si España hubiera acertado, como hicieron los coreanos en la tanda de penaltis, no habría polémica alguna.
Como en todo, y como no se trata de hacer sangre, en este mundo hay cosas buenas y menos buenas. Hay árbitros buenos y árbitros malos; hay árbitros corruptos, como hay políticos corruptos; hay gente capacitada para ejercer determinadas funciones y otras menos capacitadas, etc. El célebre jugador italiano Alexandro Del Piero decía que: el fútbol no es perfecto, pero se quiere que el árbitro lo sea.
ALBERTO VEGUE
