
¿Qué zaragocista o aficionado al fútbol español no recuerda a esa leyenda de jugadores, bautizada por la prensa del momento como los «Cinco Magníficos»? Esa soberbia generación del equipo maño estaba compuesta por cuatro españoles y un brasileño. ¿Y quiénes eran esos cinco que deleitaban jornada tras jornada a todos los espectadores de los campos españoles? Pues, la formaban el brasileño Canario como extremo derecho, el tinerfeño Santos como interior derecho, el gallego Marcelino como delantero centro, el sevillano Villa como interior izquierdo y el aragonés Carlos Lapetra, siempre jugando por la banda izquierda.
Mencionada esa inigualable y única delantera del equipo zaragocista, hoy nos vamos a dedicar, un poco más, a la figura del zaragozano Carlos Lapetra, verdadera alma mater, imagen e historia de aquel Real Zaragoza de la década de los 60 del siglo XX.
Nacido en la ciudad de Zaragoza, aunque de raíces familiares oscenses, un 29 de noviembre de 1938. Por motivos de estudios se trasladó a la ciudad de Madrid. Su padre no quería saber nada del fútbol y, en los primeros tiempos, se oponía a que su hijo jugara, pero, ya en la ciudad de Madrid y fuera del ambiente opresivo familiar, Carlos Lapetra comenzó a jugar asiduamente. Inició su carrera en un modesto del fútbol del centro de la península como es el Club Deportivo Guadalajara, en la Comunidad de Castilla-La Mancha, que por aquel entonces deambulaba por la 3.ª división española. Hablamos de la temporada 1958/1959.
Al finalizar esa temporada recaló en las filas del Real Zaragoza, escuadra en la que defendió sus colores durante 10 años (1959-1969) y en la que alcanzó sus mayores éxitos deportivos. Como se ha comentado en el inicio, en esos tiempos, coincidió en el equipo maño con unos compañeros de delantera de ensueño, que hicieron las delicias de aficionados y rivales y que sin duda alguna llevaron al Real Zaragoza, quizá salvando el periodo 1992-2006, a los tiempos de máximo esplendor de su historia.
Como todo jugador, tenía su talón de Aquiles; su punto vulnerable era su tendencia a las lesiones. Carlos Lapetra siempre fue muy propenso a caer lesionado y esta frecuencia se repetía con relativa frecuencia. De hecho, fue la causa y razón de su pronta retirada del futbol de élite, allá al final de la temporada 1968/1969, tras no recuperarse de una durísima entrada que le hizo un malencarado defensa del club inglés Everton.

Un jugador con las características técnicas y la visión de juego de Lapetra debía alcanzar, inexorablemente, la internacionalidad y, de hecho, así fue, hasta en un total de 13 ocasiones, participando activamente en el Mundial de Inglaterra de 1966 y formando parte integrante del once que venció en la final a la URSS en la Eurocopa del año 1964, lo que sin duda fue el primer título internacional importante que consiguió España en fútbol.
A nivel de club y hablando en términos domésticos, también logró muchos reconocimientos y triunfos. Los más destacables fueron la obtención de la Copa del Rey, en aquellos años denominada Copa del Generalísimo, un 5 de julio de 1964, en el estadio Santiago Bernabéu, al imponerse al otro finalista, el Atlético de Madrid, por un resultado de 2-1, con un gol suyo en el minuto 18 del primer tiempo. Y la segunda, un 28 de mayo de 1966, en la misma competición e imponiéndose en la final al entonces denominado Rey de Copas, el Atlético de Bilbao (así se llamaba entonces), con un resultado de 2-0. También uno de los goles llevaba la firma de Carlos Lapetra.
En el aspecto internacional y con su equipo de toda la vida, el Real Zaragoza, resultó vencedor de aquella desaparecida Copa de Ferias, en un duelo fratricida con el conjunto español del Valencia CF y con un tanteador favorable de 2-0 al equipo maño. Este hecho ocurrió al término de la temporada 1963/1964.
Desgraciadamente, Carlos Lapetra nos dejó joven. El día de Nochebuena del año 1995 y en la ciudad que le vio triunfar, Carlos Lapetra falleció a consecuencia de un cáncer. Su huella aún perdura en la capital maña.
ALBERTO VEGUE








