
La noche de Anfield aún duele en el cuerpo de los jugadores del FC Barcelona, una noche que va a llevar tiempo poder digerir, porque fue un mazazo que la plantilla no esperaba, creía que la debacle de Roma había generado anticuerpos para que no vuelva a suceder, pero el 4 a 0 es una pesadilla que no quiere irse de la cabeza de los jugadores.
La cabeza domina todo, un equipo puede estar fútbol y físicamente en óptimas condiciones pero si un grupo está golpeado emocionalmente es un lastre difícil de sobrellevar, la final de Copa fue un claro ejemplo, un Valencia a tope luchando cada balón como si fuese el último y un Barça bloqueado mentalmente, sin ideas, preso de su tristeza.
A Marcelino le salió el partido que seguramente planificó durante meses, dejar venir al Barça y salir disparado con Soler como una flecha atacando la espalda de Alba, en definitiva, aprovecharse del estado de ánimo blaugrana, inmenso primer tiempo del Valencia para sacar la ventaja y sostener el título en el segundo tiempo contra las cuerdas como el boxeador que soporta los golpes del rival .
Messi tiró del carro en busca de la remontada, logró el descuento que le puso intriga al final pero solo no pudo, Malcom ingresado en el segundo tiempo (¿por que Valverde no contó con él durante la temporada?) le cambió la cara por el costado derecho, imparable en el 1 contra 1 con Gayá.
Merecido campeón Valencia, brillante último tramo de temporada para el equipo Che, semis de Europa League, cuarto puesto puesto en Liga que le otorga el boleto rumbo a la próxima Champions y el partidazo ante el Barça como la frutilla del postre.
Termina la temporada el Barcelona con gusto a poco, si bien ganó La Liga con suficiencia, a la afición culé no le alcanza, la chica más linda, la más deseada desde el 2015 se fue con otro, el sábado próximo quien estará en la final de Champions League será el Liverpool.
En el Campo Nou es momento de abrir la puerta de salida, se deberá venir una renovación profunda de la plantilla, muchos futbolistas han cumplido un ciclo en el equipo blaugrana, debe traer sangre ( Matthijs de Ligt se antoja imprescindible) para volver a intentar el triplete, ese objetivo tan deseado por la afición.
La temporada que viene, ¿será con Valverde en el banquillo? Los dirigentes lo han respaldado pero el final de campaña no invita al optimismo, es probable que también haya terminado el ciclo del Txingurri, Bartomeu tiene la última palabra.
Gustavo Sanchez