
Comenzó el camino de España en la Euro con un gris empate sin goles. Mejor en el primer tiempo que en el complemento, el equipo de Luis Enrique llevó las riendas del partido, creó las mejores situaciones pero se encontró con un firme Robin Olsen. Esta igualdad comprime y empareja más al grupo. El triunfo de Eslovaquia sobre Polonia manda a un aviso a La Roja. Ningún partido será fácil.
El primer tiempo sin dudas, España hizo méritos para abrir el marcador. Ante equipos que defienden tan cerca de su portería, las ocasiones se crean dándole vértigo al juego. Moverlo al rival para que se creen los espacios. Dani Olmo tuvo dinámica y Jordi Alba fue el lateral del Barça, profundo, punzante. Olsen y la mala puntería de Morata hicieron que no se traduzca en goles el dominio español.
El segundo tiempo fue otra historia. Suecia siguió con su libreto pero ésta vez más cómodo. España ya no creaba tanto peligro. Alba más contenido, sin tanto protagonismo de Koke y Pedri, el conjunto nórdico se defendía sin pasar sofocones. El ingreso de Gerard Moreno reactivó al conjunto de Luis Enrique. El delantero está en un momento de forma estupendo. Tuvo la victoria con un cabezazo, salvado milagrosamente por Olsen, la figura del encuentro.
No es un empate que deba generar preocupación pero si, analizar y mejorar en lo que falla España en los últimos años, la falta de gol. Traducir el buen juego de sus mediocampistas en lo más valorado del futbol, el gol. Ante Polonia, el próximo sábado puede comenzar la reinvindicación de los delanteros.
