
Montevideo es hermosa, una ciudad amiga que invita a descubrirla. Su vista al Río de la plata la vuelve fascinante. La rambla donde los uruguayos pasan sus tardes disfrutando del sol acompañado de unos ricos mates. Montevideo es también la Avenida 18 de Julio, la ciudad vieja y el Teatro Solís. Recorrerla vale la pena.
Balón Dominado viajó hasta la capital uruguaya. ¿La excusa? conocer el Estadio Centenario y presenciar el clásico del fútbol uruguayo: Nacional y Peñarol. Estadio mítico, patrimonio histórico del fútbol mundial. Allí se disputó la primera final de una Copa del Mundo. Uruguay venció a Argentina 4 a 2 y se convirtió en el primer Campeón del mundo.
Ambos equipos, los 2 clubes más importantes de Uruguay, llegaban a esta cita peleando el campeonato, Nacional con una leve ventaja sobre Peñarol. El partido fue de mucha pierna, poco juego. Mucho músculo en la mitad de cancha, futbol en cuentagotas. Algo mejor el aurinegro en la primera mitad, mejor el tricolor en la segunda etapa. Lo mejor estuvo en las tribunas con el color y el calor que le dieron sus aficionados. Estadio completo para un clásico deslucido.
A falta de 3 jornadas, Nacional mantiene la ventaja sobre Peñarol y Progreso. Pinta un final apasionante. Conocimos el Centenario, vivimos desde adentro el clásico con toda la fiesta en las tribunas. El partido no fue emocionante pero la fiesta terminó en paz.
Gustavo Sánchez