Pudo finalmente el Manchester City cantar victoria ante Chelsea. 3 victorias consecutivas acumulaba el equipo de Thomas Tuchel ante los ciudadanos. Uno de esos partidos fue la final de Champions disputada en el mes de mayo. Victoria trabajada, victoria merecida para el conjunto de Pep Guardiola.
Importante porque rompe la racha mencionada, porque gana en campo del rival y porque vuelve a sumar argumentos sólidos para pelear por la Premier League. Fin de semana positivo y viaje rumbo a París a la espera de una ”mini” final ante Psg, el martes próximo.
Desde el pitazo de Michael Oliver, Manchester City tomó las riendas del partido. Excelente partido de Rodri. Prolijo en la salida de balón a pesar de la desesperación de Lukaku por evitar que reciba suelto y clave sobre todo en fijar la linea de presión del City. El equipo se estableció en campo rival viajando todos juntos en muy pocos metros.
Sorprendió la postura del Chelsea. Agrupado muy cerca de Mendy, si la idea era cortar y correr al espacio con Lukaku y Werner, la idea quedó a mitad de camino. Los delanteros quedaban muy descolgados del resto y por delante tenían muchos metros por recorrer bien vigilados por Laporte y Dias.
A pesar del dominio casi total del City, Mendy llevaba una tarde tranquila. Los ciudadanos acosaban el área blue sin generar chances de peligro concretos. El gol llegó en el comienzo del segundo tiempo, un tiro de Gabriel Jesús, encontró la pierna de Jorginho que descolocó al portero senegalés. En ventaja, el visitante retrocedió unos metros para invitarle al Chelsea que salga de su postura conservadora. La idea era aprovechar la velocidad de De Bruyne, Grealish y Jesús.
La desventaja animó al conjunto Blue, entonces el partido entró en combustión, los locales empezaron a acosar el área con centros y el Manchester tuvo un par de contras para sentenciar el partido. El final mantuvo la incertidumbre del resultado.
Ambos equipos dejan aspectos positivos. El conjunto de Guardiola vence un campo difícil jugando bien y siendo protagonista. Para el equipo de Tuchel es reconfortante saber que es casi imposible que le marquen un gol. La defensa y Edouard Mendy conforman un muro casi infranqueable.
Nos regalaron un partidazo, arde la Premier.
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