No habrá Derbi Madrileño en Arabia Saudí. Athletic sube siempre su autoestima en esta clase de eventos y una vez más clasificó a la final de la Supercopa de España. El domingo ante el Real Madrid se definirá si repite el título o la copa viaja a Madrid. Marcelino sigue haciendo historia con los leones. El año pasado fue ante el Barça, ahora va por los merengues.
El partido del Atlético de Madrid fue un fiel reflejo de lo que viene siendo la temporada. Irregular, sin la mandíbula de acero de otros tiempos. Si bien Oblak tuvo un gran partido, al equipo le convierten en todos los partidos, ya no es el equipo impenetrable. En apenas 4 minutos Athletic dio vuelta el marcador. El empate un cabezazo impecable de Yeray, el gol de la victoria Nico Williams con un zurdazo exquisito a la salida de un balón parado.
No parece un problema físico, el equipo se lo nota entero, es más bien de falta de confianza. Volver a recuperar sensaciones, sentirse seguro, retomar el camino de la confianza que lo llevó a ganar La Liga pasada. El Cholo Simeone, con 10 años al comando de la nave colchonera seguramente sabrá tocar los resortes para enderezar la nave. Se acerca el duelo ante Manchester United por Champions League y enfocarse en terminar en el torneo español dentro de los 4 primeros que otorgan el boleto a la próxima edición de la Copa de Europa.
El partido de hoy no tuvo la emoción ni el vértigo del partido de ayer. Vibrante clásico que se llevó Real Madrid porque supo golpear en los momentos indicados. Vinicius, en su mejor temporada como profesional, al espacio es letal, Benzema es el mejor jugador del mundo a día de hoy, todo lo que toca lo convierte en oro. Más Modric, Kroos y Courtois el equipo ofrece pocas fisuras. Aún así un buen Barcelona llevó las riendas del encuentro durante muchos minutos. El equipo de Xavi va mostrando pequeños avances partido a partido.
Los culés están transitando del ”Es lo qué hay” de Piqué de principio de temporada a un equipo reconocible con buenas intenciones gracias a Pedri, Gavi, Ferran Torres y Dembele. No es poca cosa.
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