La goleada 4 a 0 a Espanyol decretó el título liguero número 35 para Real Madrid. Campeonato justo e inobjetable, ganado de principio a fin. Sevilla, en un momento de la temporada, fue una amenaza pero se fue quedando sin gasolina conforme avanzaban las fechas. Un campeonato basado en sus 2 pilares, uno en cada extremo del campo, Karim Benzema y Thibaut Courtois.
Goleador del campeonato con 26 tantos, máximo asistente con 11, todos los elogios quedan pequeño en comparación a la temporada de Karim Benzema. El jugador del campeonato, determinante en partidos claves, siempre al rescate en momentos de dudas del equipo. Jugó como para ser Balón de Oro. Courtois fue el cerrojo al arco merengue, mantuvo la valla invicta en 14 partidos, eso habla a las claras de la sólida defensa del equipo. Sus paradas maravillosas valieron puntos importantes.
25 victorias, 6 empates y solo 3 derrotas ante Getafe, Espanyol y Barcelona. Como dijimos Benzema fue el máximo goleador con 26 goles y Vinicius con 14 fue otro jugador importante en la campaña. Modric, a sus 36 años, sigue siendo el mismo jugador diferencial desde el centro del campo. Cada temporada parece más joven. Larga vida al bueno de Luka.
El título número 35 también tiene un nombre propio. Carlo Ancelotti regresó al club con su calma habitual para hacer su trabajo. Trabajo en silencio, lejos del ruido mediático. Campeón doméstico y semifinalista de Champions League en su primera temporada en la Casa Blanca marca, sin dudas, un aprobado a su gestión.
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